Contáctanos 24/7 por WhatsApp9321300878
Aprovecha los descuentos del mes
Los meses festivos tenemos descuentos
Odissey Spectra de Armaf 100ml
The Most Wanted de Azzaro EDP 100ml
Terre d’Hermès de Hermès EDT 100ml
Stronger With You de Emporio Armani EDP 100 ml
Spicebomb de Viktor & Rolf 90ml EDT
Santal 33 de Le Labo EDP 50ml
Siempre he pensado que un perfume no es solo un accesorio, sino una parte de nuestra identidad. Es ese detalle invisible que deja huella incluso después de que ya no estamos en la habitación. Sin embargo, muchas veces me pasó que, después de un par de horas, la fragancia que tanto me gustaba desaparecía como si nunca hubiera estado. Con el tiempo, investigando y probando en mi propia rutina, descubrí que existen secretos y hábitos sencillos que pueden hacer que cualquier perfume dure más tiempo en la piel. Hoy quiero compartirlos contigo, porque sé lo frustrante que es invertir en una fragancia y no poder disfrutarla plenamente.
La formula de la piel.
Lo primero que comprendí es que la piel es un lienzo que influye directamente en la duración de un perfume. Si la piel está reseca, el aroma tiende a evaporarse mucho más rápido. Por eso aprendí a hidratarme antes de aplicarme mi fragancia favorita. No necesitas productos costosos, basta con una crema neutra o incluso vaselina en los puntos donde aplicarás el perfume. De esta manera, la fragancia se adhiere mejor y su proyección es más constante.
Otro truco que descubrí tiene que ver con los puntos de pulso. Seguro lo has escuchado antes, pero es realmente efectivo. Estos puntos, como las muñecas, detrás de las orejas, el cuello o la parte interna de los codos, emiten calor de manera natural. Ese calor actúa como un difusor que realza el perfume y permite que se expanda con mayor intensidad. Personalmente, me gusta aplicar un poco en la parte posterior de las rodillas cuando uso pantalones, porque con el movimiento y el roce la fragancia se libera poco a poco a lo largo del día.
También me di cuenta de que la forma en que aplicamos el perfume cambia mucho su duración. Durante años cometí el error de frotar las muñecas después de rociarme. Pensaba que así el perfume se absorbía mejor, pero en realidad lo único que hacía era romper las moléculas de la fragancia y acelerar su evaporación. Desde que dejé de frotar y empecé a dejar que el perfume se asentara de manera natural, noté que el aroma se quedaba más tiempo en mi piel.
Mis trucos para que perdure.
Otro consejo valioso que he puesto en práctica es aplicar el perfume justo después de salir de la ducha. La piel aún está ligeramente húmeda y los poros abiertos, lo que permite que la fragancia se fije de manera más profunda. Si además usas gel de baño o loción corporal con notas similares al perfume, la duración se multiplica porque se crea una capa olfativa que refuerza el aroma.
Claro que no todas las fragancias duran lo mismo, y eso también lo aprendí con los años. Los perfumes con alta concentración, como los Eau de Parfum o los extractos, suelen durar más que un Eau de Toilette. Esto no significa que tengas que gastar una fortuna, pero sí conviene conocer qué tipo de concentración estás usando para no frustrarte si una versión ligera desaparece rápido. Personalmente, para el día a día prefiero algo fresco y ligero, pero cuando quiero asegurarme de que mi aroma se quede conmigo por horas, recurro a un Eau de Parfum.
Un truco adicional que me ha dado buenos resultados es rociar un poco de perfume en la ropa o incluso en el cabello. En las fibras textiles, la fragancia se adhiere de manera diferente y puede permanecer por mucho más tiempo. Sin embargo, hay que tener cuidado porque algunos perfumes con alta concentración de aceites esenciales pueden manchar ciertas telas. En el caso del cabello, siempre es mejor aplicar el perfume a cierta distancia para que el alcohol no lo reseque.
Algo que nunca imaginé al inicio es que el clima también juega un papel importante. En ambientes fríos, los perfumes tienden a durar más porque la evaporación es más lenta. En cambio, en climas cálidos como el mío, noto que las fragancias frescas desaparecen con mayor rapidez. Por eso, cuando sé que estaré expuesto al calor, opto por perfumes más intensos o resinosos, que resisten mejor la temperatura.
Por último, entendí que la clave está en ser constante con el cuidado de la piel y en aplicar el perfume de manera consciente. No se trata de vaciar medio frasco sobre uno mismo, sino de encontrar la técnica adecuada para que unas pocas pulverizaciones logren el efecto deseado. Cuando alguien me dice “qué rico hueles” después de varias horas, sé que todos estos pequeños detalles realmente funcionan.
Cabe señalar que hacer que tu perfume dure más tiempo en la piel no es cuestión de suerte, sino de hábitos y conocimiento. Desde hidratar bien la piel, elegir los puntos correctos de aplicación, respetar la estructura de la fragancia y hasta considerar el clima, cada paso suma para que el aroma nos acompañe durante todo el día. Ahora, cada vez que me pongo un perfume, siento que llevo conmigo no solo un aroma, sino una parte de mi esencia que permanece en el aire mucho más allá de un simple instante.